Una señal salió del planeta Tierra hacia uno de sus cientos satélites artificiales. Aquella enorme estructura de metal, plástico y cristal reforzado se activó, en su interior las luces se encendieron de golpe dejando ver un centenar de armaduras de Iron-man observaban el interior del satélite con una mirada muerta en silencio total. El ordenador central se activó y despertó a la inteligencia artificial conocida como Viernes, creada con un propósito definido y único, salvaguardar la integridad de Tony Stark a cualquier coste. Viernes estudió la señal, la peor de las situaciones había sucedido, Iron-man había caído, el recipiente mortal de Tony Stark había fallecido. Tras un segundo, activó el Protocolo Renacer, que consistía en activar un tanque de clonación y generar un nuevo cuerpo a partir del ADN del Tony Stark original, para luego descargar una copia de su personalidad y recuerdos almacenados en el cerebro del clon.
El tanque de clonación se llenó con líquido de gestación amniótico y se liberó en un interior el embrión minúsculo de células de Tony Stark. Viernes sabía cuál era el siguiente paso del protocolo, analizar el estado de la Tierra y buscar posibles amenazas, aliados y oportunidades para la nueva versión de su creador. El escaneo del planeta le dio unos datos escalofriantes, que incluso para una inteligencia artificial sin sentimientos eran abrumadores, el noventa y ocho por cierto de la población humana había sido erradicada, además se había producido una extinción masiva de plantas y animales, equivalente a cuándo los dinosaurios desaparecieron. Volvió a centrar su atención en la nueva vida que crecía en el tanque de clonación, el embrión había crecido en minutos meses y tenía el tamaño de un bebé recién nacido tras nueve meses de gestación normal. Dos brazos mecánicos descendieron en el interior del tanque y colocaron en el rostro del bebé una mascarilla respiratoria con un tubo de alimentación integrado, que mandaba líquidos de nutrientes para el crecimiento de aquel cuerpo. Los brazos mecánicos volvieron a subir y bajaron una corona neural que colocaron con delicadeza en la cabeza del bebé, empezando a descargar los recuerdos, personalidad y vivencias de Tony Stark a su nuevo cuerpo.
El análisis del estado de la Tierra le dejo claro a Viernes que se había producido una extinción masiva, el noventa por cierto de las especies vivas había muerto y la humanidad había quedado en la cuerda floja al ser reducida de forma masiva. Viernes enfocó las lentes del telescopio de observación, el primer lugar en el que detectó actividad humana fue en Latveria. Su gobernante Víctor Von Muerte, también conocido como el Doctor Doom había protegido su nación con hechicería oscura y tecnología del fuego del Fénix. Viernes lo marcó como posible amenaza, debido al historial de peleas con los Vengadores. El siguiente punto o localización en la que la lente se fijó fue Egipto, alrededor de las ennegrecidas pirámides de Guiza, se empezaba alzar una ciudadela tecnológica con estatuas de fanático mutante Apocalipsis. Aquel lugar dirigido por uno de los mutantes más viejos de la humanidad y un genocida racial, solo podía ser marcado por enemigos potencia. Viernes centró su atención de nuevo en el tanque de clonación, viendo cómo el cuerpo clonado había alcanzado la adolescencia y se había descargado un setenta porciento de la mente de Tony Stark en aquel nuevo cuerpo.
Debía seguir escaneando el mundo, sabía que cuando Tony despertará le pediría un informe de amenazas y posibles alianzas. Su atención se fijó en los mares, las colonias atlantes estaban en reconstrucción, habían sobrevivido al estar ubicadas en profundidades abisales de mares y océanos. Su regente Namor había sido aliados del Doctor Doom y de los mutantes de Krakoa, era héroe y villano que antepone el bienestar de su gente al resto del mundo, situándolo tanto como amenaza y aliado a la vez. Su mirada saltó a Norteamérica, la zona de Nevada irradiaba un nivel insano de radiación gamma y parecía extenderse como si fuera un tumor cancerígeno, plantas, animales y humanos mutados por aquella radiación cazaban y prosperaban en los desiertos quemados, creando dementes vergeles de vida furiosa y monstruosa, que amenazaba con cambiar la naturaleza misma del planeta entero y que solo podía ser una amenaza. En la otra punta estaba New York, se había formado un asentamiento alrededor de Sanctum Sanctorum del Doctor Strange, además de haber detectado su signatura energética y la de algunos Vengadores, también se había detectado gigantes de hielo y humanos conviviendo en armonía, marcando aquel lugar como aliado potencial al noventa por cierto. Tras unos segundos, Viernes decidió comprobar el epicentro del despertar del Fénix, Krakoa. La isla viviente había muerto y con ella el noventa y nueve porciento de la población mutante del planeta, solo había detectado una docena de supervivientes donde antes vivían millones, tal este sería el golpe de muerte o resurrección de los mutantes, solo el tiempo lo diría.
El aviso del final de la descarga de la mente y memorias de Tony en el nuevo cuerpo clonado, hizo detener a Viernes de su labor de escaneo del planeta. Sin dudarlo activó los sumideros de drenaje, vaciando el líquido amniótico del tanque, mientras el cristal blindado descendió hasta quedar oculto en suelo de metal. Allí yacía empapado y temblando el renacido Tony Stark, unos brazos robóticos descendieron y lo levantaron, mientras que otros lo limpiaban de los restos de líquido amniótico con vapor de agua templada. Sus temblorosas manos se alzaron a su rostro y se arrancó el tubo de alimentación y oxígeno que penetraba en su boca y nariz con un fuerte tirón. Los ojos de Tony parpadearon y lloraron al intentar acostumbrarse a la luz sintética del interior del satélite, mientras los brazos mecánicos retiraban la corona de transferencia neuronal y lo vestían con un traje de mallas flexible con conexiones biomecánicas.
-Situación...-los labios de Tony pronunciaron la palabra de forma rasposa, mientras los brazos mecánicos lo soltaban tras terminar de vestirle. -¿Qué ha provocado mi muerte, Viernes?
-El despertar de la entidad conocida como el Fénix, su armadura no estaba preparada la llamarada de fuego psíquico -la respuesta fue dada rápida y sin rodeos por Viernes, mientras se abrían los paneles blindados del satélite y dejaba a la vista un mirador acristalado hacia la Tierra.-El noventa y cuatro por ciento de las especies vivas han muerto, además la humanidad ha sido reducida a un cuatro por cierto de la población total que había antes del despertar del Fénix -los datos abrumadores de extinción fueron dichos con una tranquilidad absoluta.-He marcado los puntos donde han sobrevivido más comunidades humanas y que están reconstruyendo sus sociedades.
-Mmmm... veo aliados y enemigos potenciales...-asintío Tony estudiando los datos que le dio Viernes. -Aquí, en este punto... alguien está usando tecnología Stark sin permiso...-su rostro se frunció al señalar la isla de Genosha, la antigua nación mutante destruida por los Centinelas.-Además, hay señales biomecánicas... y tecnológicas... solo pueden ser Centinelas.
-Detectadas más de tres centenares de unidades mecánicas con tecnología Stark, además de otro centenar de unidades biológicas...-respondió Viernes haciendo un escaneo de la isla y preparando un informe a toda velocidad.-Mis sistemas no me permiten escanear las instalaciones subterráneas, podría doblarse o triplicarse en número de enemigos potenciales. ¿Cómo desea proceder?
-Prepara la armadura Mark 100 para mí -ordenó Tony con la mirada fija en la isla de Genosha.-Activa todas las armaduras de este satélite y los de respaldo Omega y Alfa, vamos a la guerra.
Los brazos mecánicos descendieron y fueron acoplando pieza a pieza la armadura de combate al traje de mallas neuronal de Tony, hasta cubrirlo por completo en una crisálida blindada de alta tecnología. Tras ponerle la última pieza, Tony avanzó hasta la cristalera y esta se abrió, dejando entrar el frío helador del espacio en el satélite y activó sus repulsores, saliendo como una bala disparada a toda velocidad para atravesar la atmósfera. Detrás de él dos centenares de armaduras de guerra manejadas por Viernes lo seguían, un ejército de hierro manejado por una inteligencia artificial y la voluntad de Tony Stark, sin miedo o dudas para cumplir su objeto, acabar con el enemigo. Las armas antiaéreas de la instalación Centinela rugieron al detectar al ejército enemigo que volaba hacia su posición, las armaduras ejecutaban maniobras de precisión milimétrica esquivando los proyectiles capaces de reducir a escoria derretida a cualquier aeronave o caza de guerra. Tony dio la orden de bombardeo y todas las armaduras abrieron fuego al unísono haciendo llover un mar de fuego energético contra las defensas antiaéreas y los edificios de piedras ennegrecidas por el despertar del Fénix. Enormes robots de cuatro metros se alzaron de entre los escombros de la ciudad en ruinas, sus carcasas lacadas en púrpura y rosa estaba picada, desconchada y quemada por el fuego psíquico, aun así despegaron y empezaron a combatir a las armaduras invasoras.
Máquinas contra máquinas luchaban sin tregua, combatiendo de forma despiadada y sin cuartel. Entre los Centinelas, Tony deslumbró enormes titanes mecánicos parodiando sus armaduras de Iron-man, creados con una mezcla de tecnología Centinela y Stark. Una sonrisa cruel apareció sus labios, era su tecnología robada y usada para el genocidio mutante, cosa que le asqueo profundamente y empezó a hackear sus sistemas con facilidad, tomando el control totalmente de sus sistemas y los volvió contra los otros Centinelas. Aprovechando el caos, se abrió paso hasta el complejo central y entró en la fábrica principal, su objetivo era el Molde Maestro, el Centinela que dirigía aquel ejército de robots asesinos. Atravesó la pared con facilidad, entrando en una enorme sala con cadenas de montaje automatizada, donde se estaban construyendo nuevos tipos de Centinelas. La recorrió volando a toda velocidad, esquivando los disparos láser de las torretas de seguridad y reventando la puerta blindada del final de la enorme sala factoría. Dejó atrás la puerta rota y aterrizó en aquella sala circular, observó asombrado como se habían colocado centenares de cápsulas de cristal llenas de un líquido turbio de color verde y cubiertas de escarcha por la baja temperatura. Sin dudarlo Tony pasó su mano acorazada por la superficie de cristal más cercana, apartando la escarcha y viendo aterrado que en interior de aquellas cápsulas flotaban los cuerpos durmientes de niños, hombres y mujeres de todas edades y etnias que habían sido transformados en Centinelas Prime. Una arcada de asco y miedo le revolvió el estómago, esos inocentes habían sido transformados en una fusión de máquina asesina y humanos sin que lo supiera.
Recorrió aquel almacén helado, el silencio envolvía aquel lugar como un sudario mortuorio y solo era roto por el crujir de la escarcha por el peso de la armadura de Tony. Al llegar a la siguiente puerta blindada esta se abrió y dio a un largo pasillo, esperaba alguna trampa o ataque en aquel espacio cerrado, pero o sucedió nada salvó que se abrió la puerta del final del pasillo. Al cruzar la puerta vio una enorme sala rectangular de algo muros donde descansaban bajo arcos de metal diferentes tipos de Centinelas, como si fuera una parodia a una sala de trofeos o un museo. Al fondo sentando en un enorme trono estaba sentando el Molde Maestro, su tamaño era casi el doble que un Centinela enorme, su cabeza tenía tres rostros y de su espalda salían cables gruesos conectados a un gran servidor de datos, sus enormes manos agarraban chatarra dejada a ambos lados del trono y la devoraba con sus mecánicas bocas, para construir algo en el horno de creación de su pecho. Sus ojos mecánicos se fijaron en la figura acorazada de Tony y dejó su rutina de comer chatarra, sabiendo que un enemigo había llegado a su cubil.
-Antony Stark... ríndete y únete a la nueva humanidad que estoy construyendo...-la voz del Molde Maestro resonó en la sala carente de emociones y con una frialdad glacial.-No puedes ganar... estás rodeado...
-Si, sé que estos montones de chatarra no son decorativos -respondió Tony señalando con sus manos a los Centinelas de las paredes que empezaron a reactivarse y a apuntarle con sus armas.-Pero hay algo que has olvidado, tostadora sobrealimentada...-antes de que los Centinelas dejaran las sombras de los marcos de metal bajo los que estaban, centenares de cargas electromagnéticas autopropulsadas salieron disparadas de su armadura, impactando en cada objetivo y friendo sus circuitos de forma totalmente calculada. -Que yo soy Iron-man y el genio más grande de la Tierra.
Tony activó sus propulsores y saltó sobre la cabeza del Molde Maestro, clavando sus manos acorazadas y empezando a tirar con todas sus fuerzas. Desesperado el Molde Maestro alzó sus manos e intentó quitarse a su enemigo de encima, mientras de su horno de creación salió un Centinela de tamaño humano a medio hacer, que trepó por el cuerpo de su creador para detener a Iron-man. Tony lo vio llegar y arrancó la cabeza del Molde Maestro de un brutal tirón y la arrojó contra el Centinela incompleto, haciéndolo caer al suelo desde el trono, para luego empujar el cuerpo sin vida de su enemigo del trono y aplastando bajo su peso al Centinela incompleto. Un jadeo agotado salió de la rejilla de voz de la armadura de Tony y se sentó en el trono, los cables del servidor se agitaron como serpientes y se conectaron a las tomas de datos, la pantalla frente a su rostro se iluminó y tomó el control de cada Centinela, reprogramándolos sin esfuerzo. Sabía las amenazas que se alzaban, exteriores e interiores, su satélite acababa de detectar tres flotas alienígenas diferentes entrando en el sistema solar, la plaga de los Hulks, la expansión de Latveria, el dominio de los mares de Atlantis, el cónclave genético de Apocalipsis y la posible expansión desenfrenada de Wakanda, ponían en riesgo la recuperación de la Tierra.
-Viernes empieza a añadir nanotecnología Stark en los Durmientes Centinelas Prime, modifica sus parámetros para que tengan libre albedrío, pero una lealtad incuestionable hacía mi -la orden de Tony podía sonar como la de un dictador y tal vez lo fuera, pero su idea de crear una nueva humanidad que cambiará las cosas a mejor era su deseo.-El Homo sapiens Stark va a nacer y traer una nueva era de paz a la Tierra, prepáralo todo y añade ambas tecnologías a mi cuerpo... la carrera por la supervivencia de la Humanidad ha empezado.
-Procediendo... a la actualización de los Centinelas Prime...-respondió Viernes, eliminando los protocolos asesinos de la mente de los Durmientes e inyectándoles un nano virus para integrar en ellos la tecnología Stark, Centinela y su humanidad en cada uno de ellos. -El proceso ha empezado, Señor. ¿Está seguro de querer someterse también usted a dicha modificación?
-Hazlo, empieza ya, Viernes -ordenó Tony, dejando que Viernes le inyectará la combinación de nanotecnología en su cuerpo.-Es hora de evolucionar para salvar a la Tierra y a la Humanidad.
Tony no debía dudar, no podía hacerlo. Tenía sobre sus hombros la supervivencia de la humanidad y lo lograría a cualquier precio. Había llegado a ser un Dios cósmico una vez y sabía que tal vez sus decisiones fueran polémicas, pero él no era el Capitán América y no le importaba ser recordado u olvidado, mientras la humanidad no se extinguiera. Cerró sus ojos y dejó que la nanotecnología lo cambiará, despertando como algo nuevo en unas horas y liderando una nueva especie humana que no conocería el odio, el miedo y la ignorancia en un reino de hierro eterno.
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