Transformers: Muerte hambrienta.

La enorme flota formada por naves en ruinas y pecios destrozados avanzaba de forma perezosa, encabezada por la enorme arca cementerio de los Autobots en dirección al planeta Oblerion V. Aquel mundo había sido uno de los mundos más prósperos del imperio Cybertroniano antes de la guerra civil entre los Autobots y los Decepticons. Había sobrevivido gracias a un consejo formado por las diferentes facciones de Transformers y prosperado en aquellos tiempos tumultuosos. Las flota de guerra de Oblerion V y sus plataformas de defensa orbitales, apuntaron al mar de chatarra que avanzaba hacia el planeta de forma inexorable. Las armas rugieron y los torpedos salieron disparados, impactando en decenas de naves y pecios de todos los tamaños, reduciéndolos a cenizas o haciéndolas explotar iluminado la escena como pequeños soles. Pese al torrente de fuego aquel mar de chatarra siguió avanzando, la enorme Arca parecía ignorar los disparos y torpedos, como si fueran los picotazos de insectos a un enorme leviatán. Su masiva estructura se llevó por delante decenas de naves, otras muchas que intentaron escapar de ser arrolladas, acabaron por colisionar el martes de chatarra que la rodeaba y transformándose en otra nave en ruinas que seguía su estela de destrucción. El Cielo de Oblerion V se iluminó cuándo centenares de estrellas fugaces recorrieron su atmósfera nocturna, cayendo sobre las ciudades los pecios como si fueran bombas. Los propulsores del Arca se encendieron en medio de su descenso, aminorando el impacto contra la ciudad capital Neotron, aplastando los edificios centrales de la zona gubernamental.

Aquella masiva nave parecía una ballena varada, todos los habitantes de la ciudad podían verla sin importar donde se encontrarán, alzándose como un siniestro titán y su opresiva sombra oscureciendo la capital. Centenares de Transformers de las diferentes facciones acordonaron la zona y empezaron a sacar de los escombros a los supervivientes del impacto. De la parte superior del Arca emergió una figura, que avanzó con paso renqueante, su carcasa mecánica mostraba sus órganos podridos, estaba cubierto de óxido y manchas de líquidos que rezumaban por sus grietas, había perdido su izquierdo y su rostro parecía consumido, la máscara de protección de su boca estaba rota, mostrando unos dientes ennegrecidos, la luz de sus ojos era de un púrpura insano. Pese a su estado desvencijado, irradiaba un aura de mando y de amenaza que hizo temblar a todos los presentes, pues su imagen era reconocible por todos los Transformers, aquella figura fue una vez Optimus Prime. Sus ojos hambrientos miraron la ciudad con un hambre insana, alzó su brazo y cerró su puño al cielo, para luego rugir con una voz podrida.

-¡Zombiecons! -gruñó Optimus Prime con crueldad absoluta y un hambre insana.-¡Alzaros y devorad todo!

En ese instante las compuertas los hangares del Arca se abrieron, liberando una horda de cuerpos mecánicos podridos y oxidados empujados por el hambre de energía y la sed de energon. Los Zombiecons se lanzaron como una plaga de langostas contra los ciudadanos que huían aterrados y las tropas Transformers que intentaban contener aquella marea de muerte. Optimus Prime saltó desde lo más alto del Arca, aterrizando sobre un montón de cascotes y levantándose disparando su rifle de energía, derribando a un Autobot que huía. Al verlo caer soltó un aullido roncón de victoria y se echó sobre él, empezando a arrancar trozos de la piel mecánica que cubría el cuerpo de su víctima, mientras lo sujetaba por el cuello con su única mano contra el suelo. Optimus saboreó la carne mecánica y los fluidos tecno-orgánicos, durante un instante recordó quién había sido y sintió asco de la criatura en la que se había convertido. Un largo suspiro salió de su garganta y movió su mano derecha, clavando los dedos en la juntura del hombro izquierdo del Autobot, para luego tirar sin piedad y arrancar de cuajo el brazo del agonizante cuerpo de su víctima. Se puso en pie de nuevo y se colocó la extremidad robada, sintiendo como sus cables corruptos y el anclaje de su cuerpo se fusionaba con esa nueva extensión de su cuerpo. Optimus cerró y abrió su nueva mano, se arrodilló ante el charco de líquido que salía de su víctima, mojó los dedos podridos de su mano derecha y manchó el símbolo de los Autobots de su nueva extremidad. 

Todo se está desmoronando, pensó Artron con amargura mientras observaba desde aquel puesto de mando improvisado. El consejo había muerto al ser aplastados los edificios del barrio gubernamental por el Arca, sin una cadena de mando todas las fuerzas de defensa de Oblerion V habían intentado hacer lo posible por ayudar a los civiles y utilizado los recursos que tenían para contener este desastre. Miró la mesa con el mapa holográfico de la Neotron, cada vez más sectores estaban transformándose en mataderos de aquellos retorcidos seres, que devoraban a sus antiguos congéneres sin miramientos. Lo peor de todo es que el número de Zombiecons no hacía más que aumentar, cada Transformer de Oblerion V que era asesinado por ellos, se alzaba luego como una parodia de lo que había sido en vida como un Zombiecon. Las frecuencias de comunicaciones estaban llenas de peticiones de ayuda de todas las ciudades del planeta, las naves en ruinas y los pecios que caían también transportaban decenas de Zombiecons hambrientos y no dejando ningún lugar seguro. Soundtrack un Decepticon del departamento de comunicaciones lo miró un instante, antes de dejar en segundo plano todos los canales de mando.

-Hemos perdido Megatronia y la ciudad factoría de Cyberia está al borde del colapso -informó Soundtrack nervioso, mientras seguía procesando más llamadas de auxilio y órdenes. -Pronto habremos perdido el hemisferio sur. ¿Cuáles son sus órdenes, capitán Artron?

-Que se retiren todas las tropas supervivientes de Megatronia y se lance un bombardeo satelital sobre la ciudad, que esas tropas ayuden en la evacuación de Cyberia -Artron lo ordenó de manera inflexible, calculando como causar mayor daño a los invasores y mantener con vida el mayor número posible de efectivos.-Vamos a desplegar a los Omegas Supreme…-sabía que desplegar a los antiguos y gigantescos Guardianes de los Quintessons era una medida desesperada, pero era tal vez la única forma de detener este desastre-Que se preparen naves estelares por si los Omegas Supreme fallan, sacaremos del planeta a todos los habitantes que podamos, quiero que empiece a preparar la evacuación de forma inmediata.

-¡Si señor!-asintió Soundtrack cuadrándose y empezando a transmitir las órdenes de Artron.-Transmitiendo órdenes… bombardeo de Megatronia preparándose, satélite en posición en treinta minutos. Esperando envío de autorización para despliegue de los Omegas Supreme.

-Autorización Omega, código Épsilon-Prime-Fallen, liberación de los Guardianes -las palabras de Artron resonaron en el centro de mando y todas las miradas de los presentes fueron hacia él. -Despliegue inmediato, destrucción absoluta del enemigo designado, Purga definitiva.

-Enviada orden, además de especificaciones del enemigo… esperando respuesta -Sountrack comprobó los distintos terminales de datos portátiles que le rodeaban, un silencio incómodo llenó aquella sala del centro de mando provisional. -Orden aceptada, activando los Omegas Supreme y preparando su despliegue.

-Bien, nos retiramos al Puerto Espacial Trion -asintió satisfecho Artron, mientras se giraba y miraba la guerra desatada en las calles de Neotron. -No quiero que nuestras tropas estén en medio del ataque de estas armas de destrucción andantes, además debemos fortificar el Puerto Espacial. ¡En marcha!

Enormes silos ocultos se abrieron en la ciudad de Neotron, de ellos surgieron titánicos robots creados en la era del dominio de los Quintessons. Tan altos como los rascacielos de la ciudad, los Transformers parecían hormigas que podrían ser aplastadas bajo sus enormes pies. Avanzaban con paso lento, pero inexorablemente, disparando sus enormes cañones de energía integrados en su brazo izquierdo, reduciendo a cenizas a los Zombiecons que se lanzaban de forma salvaje y desordenada contra ellos. Artron observaba la escena en silencio en el interior de su transporte blindado, las imágenes transmitidas por los satélites a su receptor holográfico mostraban el eficiente trabajo de exterminio de los Omegas Supreme y les daba un hilo de esperanza. Pero igual que las mareas de los océanos, la batalla cambió cuando Optimus Prime apareció y empezó a organizar a sus Zombiecons. Optimus había cambiado, había añadido decenas de partes, piezas y trozos de Transformers asesinados a su podrido y decadente cuerpo, había doblado su estatura, tenía cuatro brazos y dos cabezas adicionales que reconoció enseguida Artron, eran la de los consejeros Decepticon y Terrorcon. Optimus soltó un rugido por sus tres bocas que reverbero por todas las calles, todos los demás Zombiecons respondieron con un rugido salvaje y se lanzaron de forma frenética contra los Omegas Supreme. Subieron por sus piernas por decenas, arrancando trozos de la piel blindada y mordiendo con ansia, uno de los Zombiecons trepó hasta la cabeza de uno de los Omegas Supreme y se inmoló, reventándole la enorme cabeza como si fuera melón arrojado contra el suelo a gran altura, haciendo llover sesos mecánicos y trozos del cráneo del gigante asesinado. El cuerpo del Omega Supreme se convulsionó y su arma se disparó de forma descontrolada, abriendo un agujero en el pecho de uno de sus titánicos hermanos, que cayó de bruces contra el suelo aplastado a una decena de Zombiecons. Artron frunció el ceño, los Zombiecons estaban adaptándose y evolucionando, los Omegas Supreme estaban condenados y solo podían aprovechar el tiempo que estos les habían hecho ganar, para escapar de un destino peor que la muerte.

Las torretas lanzallamas rugían sin parar, quemando la zona circundante al Puerto Espacial Trion e incinerando a los Zombiecons que se arrojaban contra sus murallas para escalarlas. Agotados soldados con los emblemas de los Decepticons, Autobots, Maximals, Predacons y Terrorcons disparaban sus armas contra la aullante masa de aquellos seres que no estaban ni vivos ni muertos. Artron se arrancó las vendas dérmicas de metal viviente de su hombro derecho, había sido mordido por un Zombiecon en uno de los asaltos a los muros. Sabía que estaba condenado, sentía como la corrupción de su cuerpo se extendía lentamente, tarde o temprano se transformaría en un Zombiecon o sería devorado por ellos. Las naves de evacuación habían despegado, dejando atrás a los voluntarios y los infectados para entretener a aquella horda hambrienta, estaban solos y abandonados a su suerte. Artron apoyó sus manos en uno de los parapetos y observó como los Zombiecons retrocedían, ahora sabían que había varios tipos de ellos. Estaba el grueso de ellos estaba formado cuerpos podridos y sin personalidad, impulsados solo por un hambre imparable, a los que habían llamado Hambrientos. Estos seres de hambre e instintos eran dirigidos por los Reensamblados, Zombiecons que remplazaban sus partes podridas con piezas de los muertos recientes y modificándose de forma demente hasta ser monstruosidades deformes.  Su cuerpo tembló de forma inconsciente, no quería acabar siendo una bestia estúpida y caníbal, antes se mataría que caer de esa manera. Las alarmas resonaron por todo el Puerto Espacial Trion, tres enormes Omegas Supreme transformados en Hambrientos avanzaban con sus enormes masas picadas, manchados de sangre y óxido, aullando como animales salvajes e ignorando las llamas y la artillería pesada. 

-¡Disparad! -rugió Artron por su comunicador, si aquellos enormes titanes de metal llegaban a los muros los derribarían y la horda entraría en masa.-¡Olvidaros de los Zombiecons! ¡Derribad a los Omegas Supreme!

Las torretas lanzallamas y las armas de artillería de los muros centraron sus esfuerzos en los tres titanes que avanzaban hacia ellos. El fuego resquebrajaba sus pinturas y derretía su piel mecánica, el fuego de artillería creaba enormes boquetes en sus cuerpos de los que salía fluidos oscuros y un hedor nauseabundo. Un impacto directo de una salva de misiles, destrozó la articulación de la pierna derecha del Omega Supreme, que avanzaba por la izquierda y lo hizo caer de espaldas aplastando a decenas de Zombiecons. Los lanzallamas de las torretas vomitaron a plena potencia un mar de fuego contra el Omega Supreme que avanzaba por la izquierda, hasta el punto de hacer brillar su piel mecánica al rojo absoluto y empezar a derretirse hasta quedar como un enorme montón de chatarra derretida y humeante. Lo estaban logrando, iban a conseguir detener a aquellos gigantescos monstruos, pensó Artron observando como los impactos de los misiles y los disparos de artillería pesada arrancaban pedazos del último Omega Supreme. Pero aquella enorme bestia se negó a morir sin más y se lanzó hacia delante, arrojando todo su peso contra los muros derribándolos en su caída y arrancando con sus brazos dos torretas lanzallamas, creando una brecha para la horda y provocando un incendio en e interior del Puerto Espacial Trion.

La locura se había extendido por todo el lugar, toda clase de Zombiecons habían entrado en masa a dar tienda suelta a sus instintos primarios. El crepitar de los incendios, el resonar de más armas y los gritos de furia resonaron por todo el Puerto Espacial Trion como un canto fúnebre, el caos y la locura se había extendido como la pólvora, provocando una cruel lucha sin piedad. Artron vía como sus guerreros destrozaban decenas de Zombiecons, antes de ser despedazados y devorados vivos, el hedor a muerte y quemado impregnaba el aire lleno de cenizas. Avanzó entre sus enemigos con una espada en cada mano, despedazando y mutilando de forma metódica, mientras notaba como la corrupción de su herida se extendía poco a poco por su cuerpo, llevándole cada minuto un paso más cerca de dejar de ser él mismo y ser un Zombiecon más. Miró a su alrededor confundido, los Zombiecons habían formado un enorme semicírculo y golpeaban sus pechos podidos con sus esqueléticas manos, entonces Artron los vio una docena de Reensamblados avanzando pesadamente. Sus cuerpos eran el doble de grande que cualquier Transformer, sus espaldas estaban encorvadas y de ellas brotaban tentáculos de metal, zarcillos de cables o púas oscuras. Las capas de blindajes y piezas arrancadas a sus presas e injertadas en sus cuerpos les daban un aspecto bizarro y contrahecho, algunos tenían piernas enormes tan gruesas como un torso y entre dos o tres pares de brazos armados con armas toscas y pesadas. Los Reensamblados formaron un corredor, dejando pasar al que una vez fue Optimus Prime, no quedaba nada de su anterior forma como líder de los Autobots, avanzaba con grandes zancadas y sacaba una cabeza de altura al resto de Zombiecons, en su torso podían verse rostros que gesticulaban de sufrimiento, integrados en las capas de blindaje y piezas que había ido añadiendo a su estructura. En su espalda encorvada yacía atado un agonizante Decepticon al que habían arrancado brazos y las piernas, para luego asegurarlo clavándole en las púas de negro metal que brotaban de la espalda de Optimus y con oxidadas cadenas. Artron palideció al reconocer a la víctima, era Soundtrack, él cuál había sido arrojado fuera de las murallas por un Zombiecon Hambriento. Optimus devoraba con calma un antebrazo y bebía los fluidos que salían del miembro mutilado. Con sus dos brazos derechos sujetaba un pesado martillo y con los izquierdos una cadena que acababa en una bola de demolición. Su rostro estaba destrozado, dejando ver unos dientes oxidados y las lentes de sus ojos rotas mostraban unos globos oculares de color púrpura, una risa cruel salió de su reseca garganta.

-Rendiros y uniros a nosotros, os ofrezco la paz y la unidad que tanto tiempo se ha negado a muestra especie -la voz de Optimus Prime era silbante y ronca, miraba con hambre y crueldad a los supervivientes del Puerto Espacial Trion como si fueran simple ganado listo para el matadero. -Muchos de vosotros ya habéis recibido la bendición de la infección y pronto seréis como nosotros. ¿Por qué seguir luchando? ¿Por qué no dejáis que os cambié y os transforme en algo mejor?

-¿Transformarse en algo mejor? -se adelantó un par de pasos Artron sin dejar de mirar a Optimus, sus manos sujetaban con fuerza sus espadas que tenían las hojas melladas del uso y alzó una de ellas señalando al antiguo Prime. -Solo veo monstruos caníbales, saqueadores de cuerpos que usan las piezas y partes de los muertos para mantener sus podridas existencias. ¡Prefiero morir como un Transformer, que mal vivir como un Zombiecon!

-Valientes palabras de alguien que se está transformando en uno de nosotros, veo como la infección avanza bajo tu piel y se entiende como las raíces de un árbol -Optimus sopesó sus armas y lo miro con una sonrisa cruel. -Que así sea... si no es por las buenas... os uniréis a nosotros cuándo os matemos y vuestros cuerpos destrozados se alcen. 

Optimus Prime se lanzó a la carga con una rapidez inusitada pese a su tamaño y peso, usando su bola de demolición con cadenas como si fuera un poderoso mayal, contra aquel patético Transformer que lo desafiaba. Artron alzó sus espadas para detener el golpe, pero el brutal impacto destrozó las hojas y lo arrojó como si fuera una muñeca de trapo por los aires, cayendo de espaldas al suelo manchado de sangre y aceite. El pesado pie derecho de Optimus se plantó en el pecho del caído Artron, los rostros integrados en el pectoral del antiguo Prime sisearon y de sus bocas salieron decenas de tentáculos mecánicos y claves que se clavaron en el cuerpo de su enemigo. Un grito de agonía salió de la garganta de Artron, al sentir aquellas extensiones de metal atravesar su carcasa de piel metálica y clavarse en sus órganos, soltando en su interior un torrente de corrupción. La cordura y la racionalidad fueron aplastadas por la furia y un hambre insaciable, haciendo desaparecer cualquier rastro de la personalidad de Artron y quedando solo un Zombiecon Hambriento deseoso de darse un banquete con los enemigos de la horda. Los cables y tentáculos de Optimus Prime se retrajeron, desapareciendo en su intimidad, dejando libre a la bestia sin mente que una vez fue Artron.

-Esto es solo el principio... pronto todos los Transformers serán como nosotros y volveremos a tener un imperio unificado -Optimus Prime se apartó de Artron y lo observó con satisfacción, al ver cómo su cuerpo están empezando a picarse y oxidarse, mientras se alzaba y caminaba junto al resto de Zombiecons a devorar a los supervivientes. -¡Atacad y devorad! ¡Alimentaros de este mundo!

El fuego iluminaba el macabro banquete, los gritos de agonía y de masticar resonaban por todo el Puerto Espacial Trion, Optimus sonrío complacido ante aquella demente escena. Pronto regresarían al Arca y volverían al espacio, seguirían el rastro de las naves que habían escapado y llegarían a nuevos mundos que devorar. Uniría a su pueblo bajo el hambre eterna y acabaría con la guerra de miles de años entre las facciones de Autobots y Decepticons para siempre.

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