Garrik avanzó en silencio por el pequeño sendero de la espesa jungla, habían pasado tres horas desde que abandono el punto de aterrizaje y apenas había avanzado unos pocos kilómetros hacia su objetivo. El suelo estaba cubierto de barro y hojas secas, los árboles aprovechaban cada palmo del terrero, la maleza crecía descontrolada y salvaje por todos lados. Unos truenos sonaron con fuerza en el cielo, Garrik miró hacia arriba para ver las nubes de tormenta, pero solo encontró un techo de ramas y hojas verdes cuando la lluvia empezó a caer. Maldijo en voz baja, mientras el agua caía sin parar empapándolo todo, no podía detenerse y tampoco resguardarse, tenía una misión que cumplir y el tiempo corría en su contra.
El agua seguía cayendo sin parar de forma torrencial, formando enormes charcas en las zanjas y ríos salvajes en los senderos de la jungla, llevándose todo a su paso con una furia salvaje. Garrik miro el cronómetro integrado en el visor de su casco, habían pasado ya cinco horas y la situación iba a peor cada segundo que pasaba. Sus botas se pegaban en el barro del creciente río en que se había transformado ese sendero, el agua le llegaba por la cintura y amenazaba con arrastrarlo, para hundirlo en una tumba de lodo. Sus pies golpearon algo en el fondo de ese río, al hacerlo unos dedos engarrotados asomaron a la superficie del agua, indicando la posición de un cadáver. Garrik se agachó con cuidado y agarró el cadáver, para luego arrastrarlo hacia la orilla del río, intentando no resbalar y ser llevado por la corriente. El cadáver estaba destrozado y le faltaba media cara, pero aun así era un muerto reciente por su rigidez, suspiró y conecto el transmisor.
-Aquí Espada, necesito asistencia- las palabras salieron como un susurro de los labios de Garrik, mientras activaba también la micro-cámara del casco.-He encontrado algo importante.
-Te dijimos que debías guardar silencio de comunicaciones, Espada- respondió la custodia Freyna, sentada en el pequeño cuarto de transmisiones de la lanzadera y rodeada de pantallas llenas de datos.-¿Qué es tan relevante como para romper el silencio de transmisión?
-He encontrado un cadáver humano en la ruta de inserción- indicó con cuidado Garrik, mirando al cadáver y dejando que la micro-cámara captara el cuerpo.-Además lleva emblemas de PanOceanía y del O-12, ¿Hay acaso alguna ofensiva del O-12 en la zona?
-Mmmm, interesante… déjame que lo compruebe- Freyna tecleo con cuidado y en una de las pantallas aparecieron los movimientos de tropas de todo el continente, los comprobó con un solo vistazo.-Negativo, ningún movimiento en la zona por parte del O-12. ¿El cadáver tiene alguna identificación encima?
-Lo verifico enseguida- con cuidado Garrik apartó el cuello del uniforme del cadáver, sacando despacio una cadena sucia por la sangre seca, con unas chapas de identificación y las leyó en voz alta.-Fusilero Angus Vert del 5º de Neoterra.
-Con eso tengo suficiente, Espada- Freyna introdujo el nombre, la pantalla en frente de ella mostró el expediente y el retrato del soldado muerto, lo leyó con rapidez y respondió.-Este fusilero figura en las listas de desaparecidos en combate, su última localización fue en la batalla de las afueras de Runenberg hace dos semanas.
-Hace dos semanas… puede que fuera capturado por el enemigo…-indicó Garrik registrando el cadáver sin encontrar nada, ni siquiera la petaca de datos.-No lleva nada encima, ni siquiera petaca de datos que es algo común en PanOceania. ¿Puedes examinar el cadáver para saberla causa de la muerte?
-Es raro que no lleve petaca, la gente de PanOceania adoran la tecnología…-Freyna cargo con cuidado los escáneres médicos y forenses en la pantalla de su derecha, sin apartar la vista de las imágenes de la micro-cámara.-El programa está listo, necesito imagen completa del cadáver, Espada.
-Entendido- sin decir nada más, Garrik con cuidado y aguantando la respiración, le quitó el uniforme y el peto rígido del pectoral al cadáver de Angus, dejando al descubierto los profundos cortes y las heridas parecidas a las producidas por metralla.-Escanea rápido, este muerto apesta mucho…
-Ya va, esto tarda un poco…-Freyna observó los datos que salían del análisis del programa forense, al ver los resultados no pudo más que temblar de horror.-Este fusilero ha muerto a manos de “hambrientos”, estás en zona comprometida y de riesgo, Espada.
-Joder… Gakis y Pretas... como odio esos jodidos bichos…-Garrik miro de forma inconsciente a su alrededor, sabiendo que bajo la lluvia podía estar siendo observado por los perros de presa de los alienígenas.-Corto comunicación, me pongo en movimiento, Espada fuera.
Un ligero olor hizo despertar a Grik, sus fosas nasales vibraron al captarlo, alzo su alargada cabeza abriendo sus cuatro ojos rojos y olisqueo el aire para asegurarse. Un gruñido de alegría salió de su garganta, el olor era el mismo que cuando llegaron a la zona, un humano con olor al vacío del espacio. Su manada le gruño cuando se levantó, dos Gakis y un joven Preta lo miraron con curiosidad, sin dejar de mover sus largas colas reptilianas. Grik entrechoco sus afiladas garras como navajas y rugió de modo amenazante, la manada se levantó y lo siguió con fluidos movimientos, en silencio al exterior del agujero. La lluvia caía sobre ellos sin parar, avanzaban siguiendo el olor de su presa, sus bocas chasqueaban hambrientas dejando caer hilos de baba. Grik se paró y alzo una de sus garras, con cuidado señalo a la figura que se veía inmóvil contra un árbol a varios metros de ellos, sin dejar de ocultarse entre las malezas y raíces de la jungla. Movió su cabeza ligeramente soltando varios gruñidos cortos, como respuesta los dos Gakis se movieron por la maleza, avanzando sin hacer ruido para rodear a su objetivo, el joven Preta avanzó hacia delante ansioso olvidando su posición en la manada, adelantando a Grik, que era el Preta Alfa. Un gruñido de frustración murió en la garganta de Grik, algo no andaba bien y no sabía que es lo que era, aun así siguió avanzando movido por el hambre. Un olor a carne podrida le llegó a Grik mezclada con el olor a la carne de vacío espacial, retrocedido varios pasos y soltó un rugido para advertir a la manada. Pero fue demasiado tarde, los dos Gakis se lanzaron sobre la presa que parecía estar apoyada en un árbol, clavando sus garras sin cesar, mientras el joven Preta se acercaba intentando conseguir su tajada de la presa.
Garrik cubierto de barro y suciedad sobre la rama de un árbol, activó el detonador justo en el momento en que los Gakis y el joven Preta descuartizaban cadáver del fusilero Angus, la explosión iluminó la jungla despedazando a los Gakis y volando las patas inferiores del joven Preta. Sin darse un momento para disfrutar de las muertes de las bestias alienígenas, alzo el rifle combi y disparó contra el aturdido Preta Alfa. Grik cayó al suelo por la explosión, agitó la cabeza sin dejar de parpadear para aclararse la vista, el dolor le hizo rugir cuando el primer proyectil le atravesó el hombro izquierdo. Garrik siguió disparando desde la rama en que estaba, rezando en cada disparo para que acertara al Alfa en un punto vital, antes que llegara a su posición. Grik se incorporó furioso, sin importar la sangre que perdía y el dolor de sus heridas, lanzándose hacia su presa, avanzando por la selva a toda velocidad con las garras preparadas para despedazar a su enemigo. Garrik dio un grito de asombro, cuando Grik saltó los tres metros de altura que les separaban, golpeó con la culata del rifle combi las mandíbulas de la bestia. Garrik soltó un grito de dolor, al sentir como una de las garras le atravesaba la armadura, abriéndole un profundo y sangrante tajo en el costado izquierdo. La rama crujió al romperse por el peso, haciéndoles caer del árbol al suelo empapado de la jungla, rodaron por el barro intentando dar el golpe de gracia que acabara el uno con el otro de una vez. Grik soltó un rugido de alegría cuando quedo sobre el humano, se hinchó y abrió la boca para lanzar una ráfaga de excreciones calcarías a bocajarro para matarlo, en el mismo instante que Garrik sacó desesperado una de sus pistolas Breaker y disparó a bocajarro. La cabeza de Grik reventó igual que una sandia al ser golpeada por un martillo, salpicando de hueso y materia cerebral a Garrik, el cuerpo alienígena cayó sin vida sobre su asesino, aplastándolo contra el suelo. Soltando un gran suspiro, Garrik apartó el cadáver con rapidez y con la pistola en la mano, avanzó hasta el agonizante joven Preta sin piernas, que intentaba arrastrarse a un lugar seguro, alzó el arma y disparando sin más, antes que pudiera hacer nada su enemigo por defenderse.
El fuego ardía levemente en la pequeña guarida, el olor madera quemada se mezclaba con el de los desechos de sus anteriores ocupantes, mientras Garrik se vendaba y trataba las heridas provocadas por el Preta Alfa. Soltando un largo suspiro, cerró el medikit y se sentó frente al fuego, se llevó la pequeña taza de metal a los labios y brindó por el fusilero Angus Vert, para luego dar un sorbo al té, sabiendo que esto podía ser el último que tomaría antes de morir en aquella misión suicida.
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